San Putrefez de Riotuerto. De familia rupestre nunca se lavó el culo en su vida. Su higiene en general no era mala del todo y se bañaba todos los meses por lo menos un vez en el río que pasaba cerca de su casa, pero el culo, lo que se dice es el culo no se lo lavó nunca, por razones que se desconocen. El olor a choto que desprendían sus bajos era insoportable por lo que tuvo que abandonar el pueblo por miedo a las represalias de sus vecinos. Se ordenó monje de clausura y se dedicó a investigar mezclando grasa animal con flores hasta que de forma casual inventó el jabón. Desde entonces abandonó el monasterio donde permanecía encerrado y se dedicó a fabricar jabón y asear las nalgas a todos los pobres necesitados marginados socialmente porque les olía el culo. El Papa Latoja VI le santificó en el año 1532. Con sus restos hicieron jabón chimbo.